miércoles, 28 de julio de 2010

Ted Bundy

Ted Bundy

 

Theodore Robert Cowell Bundy

Theodore Robert Cowell Bundy (24 de noviembre de 1946; Burlington, Vermont - 24 de enero de 1989; Florida), más conocido cómo Ted Bundy, fue un asesino en serie estadounidense que mató a unas 100 personas , por lo tanto, lo sentenciaron en la silla eléctrica.

[editar] Infancia

Hijo de un veterano de la fuerza aérea llamado Lloyd Marshall (un hombre que nunca conoció) y de Louise Cowell, vivió sus primeros años (1946 - 1960) en casa de sus abuelos maternos. La familia decidió hacer creer al pequeño Ted que sus abuelos eran, en realidad, sus padres y que su madre era, por tanto, su hermana mayor. El motivo fue proteger a Louise de las críticas de una sociedad que tenía mal vistas a las madres solteras.

Con catorce años (1960), Ted y su madre se mudaron a Tacoma (Washington) con otros familiares y Louise se enamoró de Johnnie Culpepper Bundy, un cocinero del ejército con el que se casó en mayo de 1951 y del que Ted adoptó el apellido. El matrimonio tuvo cuatro hijos y Ted, a pesar de los intentos fallidos de Johnnie por tratarle cómo un miembro más de la familia, nunca creó un lazo afectivo con el marido de su madre.

[editar] Universidad y primeros delitos

Ted fue un estudiante aplicado y con buenas notas en la Universidad de Washington y en la Universidad de Puget Sound (Tacoma). Trabajó en varios sitios - nunca durando mucho tiempo en ellos - y sus jefes le recuerdan cómo alguien de poco fiar, característica de los asesinos en serie.

En su vigésima primavera (1967) se enamoró de la sanfranciscana Leslie, una hermosa e inteligente joven procedente de una familia de bien. Era el sueño hecho realidad de Bundy, pero dos años después, cuando ella se graduó en Psicología, ella puso punto y final a la relación ya que a Leslie no le gustó que su pareja no tuviera objetivos claros en su vida y careciera de discreción. Ted, que nunca superó esa ruptura, se obsesionó con Leslie e intentó reconquistarla y mantener el contacto con ella, pero en ese momento no consiguió su objetivo.

Entonces, Bundy dejó los estudios un tiempo para después volver a la Universidad de Washington y matricularse en Derecho. Aquí fue considerado como un chico brillante y querido por sus profesores y, además, inició una relación con Meg Andrews - divorciada y con una hija pequeña - durante 5 años. Nunca la quiso tanto como a Leslie y, a pesar de que él no quería casarse y que le era infiel, Meg esperó que algún día cambiara. Además, Meg desconocía que su novio había estado saliendo con una sanfranciscana y que aún le escribía cartas. Entre los 23 y los 26 años (1969 - 1972) todo fue sobre ruedas: envió solicitudes de admisión a escuelas de Derecho y estuvo involucrado en actividades comunitarias. Inclusive obtuvo una condecoración de la policía de Seattle por salvar a un niño de 3 años de morir ahogado y estuvo involucrado con figuras importantes del Partido Republicano de los Estados Unidos. Pero todo cambió en 1973, cuando Ted se reencontró con su pasado: Leslie. Ella se sorprendió de cómo había cambiado su ex-pareja e iniciaron un affair que duró entre el verano e invierno de ese año. Ella se enamoró de este nuevo hombre, pero en ese momento fue él quien la abandonó y nunca más respondió a sus llamadas como venganza y ella no supo nunca nada más de él.

Antes de los asesinatos que en poco tiempo empezaría a cometer, Bundy produjo una serie de hurtos en casas ajenas y comercios mientras estaba ebrio.

Bundy, que de joven espiaba a las chicas mientras se cambiaban de ropa y se interesó en pornografía y textos violentos, entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, el 4 de enero de 1974, la golpeó con una palanca metálica y la violó con una pieza de la cama. Al día siguiente, el cuerpo de la chica fue encontrado en medio de una charco de su propia sangre y sobrevivió con un daño cerebral permanente. Bundy tenía 27 años.

Su siguiente víctima fue la estudiante de Psicología en la Universidad de Washington Lynda Ann Healy, de 21 años. Tan sólo 27 días después del primer delito, Bundy entró en su dormitorio, la dejó inconsciente con un golpe, la vistió de nuevo y la metió en una sábana. Esa noche nadie notó la ausencia de Lynda Ann hasta que sonó el despertador al día siguiente. La policía no pudo establecer ninguna conexión con otro crimen y no se tomaron mayores pruebas - había una funda de almohada, un par de sábanas y un camisón ensangrentado - ni estudios del escenario del crimen. Sus restos decapitados fueron encontrados un año después en una montaña cercana.

[editar] Continúan los asesinatos

Durante la primavera y verano de 1974 desaparecieron universitarias atractivas, de pelo largo, lacio y oscuro. Siempre se descubría la desaparición a la mañana siguiente, cuando las chicas no aparecían por ningún lado. Se calculan que fueron 8 víctimas las que atacó de noche, hasta que un día decidió hacerlo de día. La policía, que había iniciado una investigación, tenía testimonios sobre un hombre identificado como Ted, que solicitaba ayuda de las chicas - que posteriormente desaparecían - cuando las veía pasar. Siempre iba cargado con libros y un brazo enyesado o con un cabestrillo. También tenía "problemas" para arrancar su Volkswagen y fue visto merodeando por el sitio donde desaparecieron dos chicas. En otras palabras, la policía tenía varias pistas sobre él.

El 9 de febrero de 1974, la veinteañera Carol Valenzuela desapareció de Vancouver (Canadá) y su cuerpo no fue descubierto hasta el mes de octubre junto a otro sin identificar. El 11 de febrero de 1974, dos días más tarde de la desaparición de Carol, Nancy Wilcox, de 16 años, desapareció y su cuerpo nunca ha sido encontrado.

El 12 de marzo de 1974 fue Donna Mason, de 19 años, la que desapareció. Fue vista por última vez sobre las 19h, mientras iba a un concierto de jazz del campus. Un mes después, el 17 de abril, Susan Rancourt, de 18 años, caminaba por los jardines del Central Washington State College cuando desapareció. Había quedado con un amigo para ver una película alemana y nunca llegó. La última vez que se la vio fue a las 21h, cuando salía de una reunión con uno de sus asesores escolares.

Cuando Roberta Parks, de 20 años, quedó con unas amigas en la habitación de ellas para tomar café, nunca imaginaron que no volverían a verla con vida. Parks se encontró con un hombre aparentemente lesionado que le pedía ayuda para subir cosas a su coche. La ingenua chica le ayudó.

El 1 de junio de 1974, Brenda Ball, de 22 años, salió de la Taverna Flame en Burien (Washington) después de comentar a sus amigos que iba a buscar a alguien que la llevara a Sun City (California). La última vez que la vieron estaba hablando con un hombre con el brazo en cabestrillo. Sus amigos tardaron 19 días en darse cuenta de que nunca había llegado a su destino.

El 11 de junio de 1974 la víctima fue Georgann Hawkins, de 18 años y perteneciente a la fraternidad Kappa Alpha Theta de Seattle. Después de despedirse de su novio e ir a buscar unos libros para un examen de castellano, su compañera de habitación de extrañó de que tardara tanto en llegar y llamó al novio de Georgann, que le dijo que se habían despedido a la 1 de la madrugada. Preocupada, despertó a la encargada del dormitorio y juntas esperaron a Georgann hasta la mañana siguiente. Entonces llamaron a la policía e investigaron inmediatamente.

El 14 de julio, la universitaria Janice Ott dejó una nota a su compañera de habitación en la que explicaba que se iba en bicicleta al parque Lake Sammamish. Allí la vieron conversar con un hombre con el brazo enyesado, el cual le pedía que le ayudara a cargar su bote en el coche. Ella aceptó y él la secuestró allí, delante de todos, sin levantar sospecha alguna. Le resultó tan fácil que decidió volver a por otra chica. Quien le ayudó esta vez, después de que dos chicas recharazan ayudarle, fue Denise Naslund, la cual pasaba el día con su novio y amigos. Los restos de Janice y Denise fueron encontrados en agosto de 1974 allí, en el lago Sammamish. Notable es el hecho que, a pesar de las escasez de pistas que se encontraron en el parque - mechones de pelo de varios colores, una quijada, dos cráneos y cinco huesos de pierna - las víctimas fueran identificadas.

Bundy contaba con una ventaja sobre la policía que le seguía los talones: podía cambiar de aspecto cambiándose el peinado y dejarse crecer o afeitarse la barba. Así cambió de residencia y se mudó a Midvale (Utah), donde el 30 de agosto de 1974 se matriculó como estudiante en la University of Utah College of Law.

Allí asesinó a Melissa Smith, la hija del sheriff local, el 18 de octubre de 1974. La secuestró cuando ella iba a pasar la noche en casa de una amiga, la violó, la sodomizó y le rompió el cráneo con algo parecido a una barra. Su cadáver fue encontrado 9 días después en Summit Park.

El 30 de octubre escogió a su próxima víctima: Laura Aimee, de 17 años, la cual volvía de una fiesta de Halloween. Su cadáver desnudo fue encontrado en los montes Wasatch y mostraba signos de haber sido golpeada en la cabeza con una cuña de metal, violada y sodomizada antes de ser asesinada, según la policía, en otro lugar, puesto que allí no había sangre.

La policía inició rápidamente una investigación y comprobaron una similitud en el modus operandi. Contactaron con la policía de Washington e hicieron un croquis del probable aspecto del cruel asesino.

[editar] Los crímenes que llevaron a su identificación y primera captura

El 8 de noviembre de 1974 la policía consiguió, por fin, un testigo capaz de ponerles sobre la pista del asesino. Era Carol DaRonch, de 18 años, la cual declaró que, esa misma tarde, un hombre atractivo se le había acercado en la libreria Waldens Books (Utah). El extraño, que se identificó como el oficial Roseland, le dijo que había visto a alguien tratando de robar su coche y le pidió que le acompañara al aparcamiento para ver si le habían robado algo. Carol, que pensó que el hombre sería el guardia de seguridad del aparcamiento, le acompañó y comprobaron que no había ocurrido nada. Entonces, el extraño insistió en acompañarla a la comisaría para interponer una denuncia al supuesto criminal. Y así fue, pero mientras caminaban hacia el Volkswagen azul pálido, Carol empezó a oler a alcohol en el aliento del extraño y se dio cuenta de que algo iba mal. Le pidió su identifiación y éste, riéndose, le enseñó algo parecido a una credencial que la convenció y subió.

Yendo a gran velocidad, el supuesto oficial Roseland pidió a Carol que se pusiera el cinturón, pero ella no estaba muy segura y decidió no hacerle caso para poder saltar del vehículo cuando hubiera problemas. Y llegó el momento: Carol se dio cuenta de que no iban a comisaría. El conductor intentó esposarla, pero lo que consiguió fue que las esposas acabaran en la misma muñeca. Carol gritó y él sacó una pistola amenazándola con que, si no callaba, la mataría. Entonces, ella le golpeó en la cara y salió corriendo, pero él la siguió con una barra metálica en la mano. Carol le dio una patada en sus genitales y logró huir gritando. Una pareja de ancianos la encontró y la acompañó a comisaría.

En la comisaría Carol contó lo que un agente le había intentado hacer, pero resultó que no había ningún oficial de apellido Roseland, así que enviaron inmediatamente una patrulla al lugar de los hechos. Así se consiguió la descripción del hombre, del vehículo y el tipo de sangre del atacante: O positivo, el tipo de Bundy.

Pero éste necesitaba compensar su frustración por el asesinato fallido. Esa misma noche del [[8 de noviembre+], Debby Kent, de 17 años, desapareció del aparcamiento del instituto Viewmont, donde había acudido junto a sus padres para a ver una obra de teatro. Debby se había ofrecido a recoger a su hermano en una bolera cercana, tras lo cual debía regresar para recoger a sus padres. Ellos, preocupados por la tardanza de Debby, llamaron a la policía que tras una rápida búsqueda por el estacionamiento, no encontraron más pistas que la llave de un par de esposas. Esa llave resultó pertenecer a las esposas con las que, horas antes, se había presentado Carol DaRonch en la comisaría de policía.

La directora de la representación, Jean Graham, declaró que durante la obra un hombre de aspecto parecido al del sospechoso le había solicitado varias veces que la acompañara al aparcamiento, supuestamente para identificar un vehículo, pero ella se había negado puesto que estaba muy ocupada con la obra.

Casi un mes después de los hechos, un hombre llamó a la policía para reportar que la noche de la desaparición de Debby había visto salir precipitadamente un Volkswagen de color claro del estacionamiento de la escuela.

El 12 de enero de 1975, Caryn Campbell, de 23 años, acompañó a su prometido, el doctor Raymond Gadowski, a un seminario en Aspen (Colorado). Mientras descansaban en un salón del hotel, ella advirtió que se había olvidado una revista y regresó a su habitación para buscarla. El doctor Gadowski y sus hijos esperaron durante un rato y finalmente decidió ir a buscarla, pero no la encontró. Ni siquiera había llegado a la habitación. A media mañana el preocupado Gadowski decidió dar parte a la policía, que acudió de inmediato e inspeccionó cada dependencia del hotel sin poder dar con ella.

Casi un mes después un trabajador encontró el cuerpo desnudo de Caryn en un banco de nieve a varios kilómetros del hotel. Había sido violada y brutalmente golpeada. No se encontró evidencia alguna de su atacante.

El 1 de marzo de 1975 fue encontrado un cráneo en una zona boscosa de las montañas Taylor: pertenecía a Brenda Ball. La policía realizó una amplia búsqueda por los alrededores y tan solo tres días después se descubrieron partes de los cuerpos de Lynda Healy, Susan Rancourt y Roberta Parks. Posteriormente se encontraron algunos restos más que fueron identificados como pertenecientes a Donna Mason.

El descubrimiento de los restos de algunas de sus víctimas no detuvo a Bundy. El 15 de marzo de ese mismo año secuestró a Julie Cunningham, de 26 años, cuando se dirigía a una taberna en Vail (Colorado). Su cuerpo todavía no ha sido encontrado.

El 6 de abril de 1975, tras discutir con su marido, Denise Oliverson, de 25 años decidió visitar a sus padres en Grand Junction (Colorado). Denise no regresó aquella tarde, por lo que su marido pensó que se había quedado a dormir allí mientras las cosas se calmaban. Pero lo cierto es que ella ni siquiera llegó a casa de sus padres. En el camino tuvo la mala suerte de cruzarse con Ted Bundy. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.

Nueve días más tarde, Melanie Cooley, de 18 años, desapareció en su camino de regreso del instituto. Un trabajador de caminos descubriría su cuerpo el 23 de abril siguiente: había sido golpeada salvajemente con una barra. Sus manos estaban atadas a la espalda y una funda de almohada estaba fuertemente anudada alrededor de su cuello.

El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió iniciar uno de sus acostumbrados viajes por el país practicando autostop. Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Testigos aseguraron haberla visto en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. La próxima vez que se supo de ella fue el 21 de agosto siguiente, cuando su cuerpo fue descubierto por dos estudiantes de minería en el pozo de una mina cercana a Georgetown.

Gracias a la descripción del asesino, una amiga cercana de Meg Anders lo identificó como Ted Bundy, de quien tenía muy mala impresión. Ya que el parecido era innegable, se lo hizo saber a su amiga, que irónicamente estaba al tanto de los crímenes y escribía regularmente reportes acerca del asunto. De hecho Anders llegó a convencerse de que su novio podía ser el asesino, pues muchas claves apuntaban directamente hacia él. El parecido de Ted con el croquis de la policía y el hecho de que conducía un Volkswagen sedan como el asesino era algo innegable. Además vio muletas en su casa, a pesar de que él no se había lesionado. Dada la situación, llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su actual novio podía tener algo que ver en las muertes. A pesar de que facilitó fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al tratar de hacer la correspondiente identificación. La policía desechó esa pista para enfocarse en otros informes. La atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años después. Mientras tanto, el asesino se confió en la estrategia de pasarse de un estado a otro, para evitar que la policía descubriera alguno de sus patrones. Así, sus intentos y avances fueron cada vez más burdos y arriesgados, tanto que las víctimas ya no caían tan fácilmente, algunas convirtiéndose en útiles testigos, que más tarde hicieron posible la captura de Bundy.

Pero llegó un momento en el cual las pruebas contra Bundy eran inobjetables. El 16 de agosto de 1975 un patrullero en servicio vio un Volkswagen que le pareció sospechoso y puso las luces largas para comprobar su matrícula. Ted, nervioso, se dio a la fuga. El sargento Bob Hayward solicitó ayuda de otras unidades y Bundy fue detenido poco después. En las primeras inspecciones fueron encontradas la palanca de metal - arma predilecta de Bundy - esposas, cinta y otros objetos que hicieron sospechar del detenido. Gracias a la desaparición de Melissa Smith, Laura Aime y Debby Kent, además de la colaboración de la directora de teatro a la cual pidió ayuda pero que ella nunca ofreció y, sobre todo, a la de Carol DaRonch, la chica a la que intentó matar pero consiguió huir, Bundy fue declarado como el asesino. La investigación a gran escala se inició entorno a un hombre: Theodore Robert Bundy.

[editar] Primer juicio

El 23 de febrero de 1976 comenzó el juicio contra Ted Bundy por secuestro agravado. Tenía 29 años y entró en la sala muy confiado en sí mismo creyendo que no habían pruebas suficientes contra él. Pero se equivocaba: Carol DaRonch le señaló como el hombre que intentó matarla. Bundy, en defensa, negó conocerla, pero no tenía coartada para el día en que tuvieron lugar los hechos. El juez revisó el caso durante todo el fin de semana siguiente y finalmente Bundy fue sentenciado a una condena de 15 años de prisión con posibilidad de libertad condicional. Era el 30 de junio de 1976.

Una vez en prisión, los médicos efectuaron pruebas psicológicas a Bundy, de las que se extrajo que no era psicótico, ni sexualmente desviado, ni drogadicto, alcohólico o que sufriera algún tipo de daño cerebral. A pesar de ello, a este preso de Utah se le siguieron preparando más procesos en su contra.

Aunque tardaron en llegar, las pruebas periciales del Volkswagen determinaron que las muestras de pelo encontradas eran de Melissa Smith y de Caryn Campbell. Además, exámenes posteriores revelaron que los daños cerebrales que sufrían los cadáveres podían haber sido causados por la palanca encontrada en el coche de Bundy tiempo atrás. La policía de Colorado levantó el cargo de asesinato el 22 de octubre de 1976. En abril del 77, Bundy fue trasladado a la prisión del condado de Garfield.

[editar] Fugas

Durante los preparativos del juicio, Bundy despidió a sus abogados y decidió defenderse a sí mismo. Por ello se le permitió visitar la Biblioteca de la Corta de Aspen (Colorado), sin saber que su única intención era escaparse. El 7 de junio de 1976 saltó desde la ventana de una biblioteca, se lesionó el tobillo y no pudo ir muy lejos. Aún así, eludió a la policía durante 6 días. Mientras se realizaba su búsqueda, el asesino sobrevivió robando y durmiendo en una autocaravana abandonada.

La policía lo encontró intentando robar otro vehiculo Volkswagen con las llaves puestas. Intentó escapar de nuevo en enero de 1977 trepando al techo de una de las estaciones de la cárcel, para desde ahí acceder a otra parte del techo que desembocaba en el armario de un departamento vacío del penal. Este hombre de mente fría esperó a que no hubiera nadie cerca y salió por la puerta delantera de uno de los departamentos de los funcionarios de prisions. Hasta la mañana siguiente, 15 horas después, nadie se dio cuenta de su desaparición. Esta vez huyó a Chicago y Florida bajo el pseudónimo de Chris Hagen.

[editar] Últimos crímenes

El 14 de enero de 1977 el edificio de la fraternidad Chi Omega estaba semivacío debido a que, al no haber toque de queda esa noche, la mayoría de estudiantes decidieron salir de fiesta. Cuando Nita Neary volvió, a eso de las 03.00h, le extrañó que la puerta estuviera abierta. Dentro escuchó pasos cada vez más cercanos y, asustada, decidió esconderse. Vio salir del edificio a un hombre con una gorra azul y una carpeta envuelta en un trapo. Creyendo que habían asaltado la fraternidad fue en busca de su compañera de habitación y juntas buscar a la encargada del edificio. Para su sorpresa, se encontró en los pasillos a su compañera Karen, herida gravemente y con la cabeza cubierta de sangre, mientras se tambaleaba por los pasillos.

La policía encontró el cadáver de Lisa Levy, la cual había sido golpeada en la cabeza, violada, con el pezón casi extraído debido a un mordisco y con una lata de spray para el cabello insertada en la vagina. No fue la única víctima que encontraron. Entre otras, estaba el cadáver de Margaret Bowman, estrangulada mientras dormía y con tal golpe en la cabeza que la encontraron con la masa encefálica colgando. El resto de cadáveres no pudo aportar más pistas. La única que tenían era el testimonio de Nita Neary.

No muy lejos de allí, Bundy atacó a otra chica, pero sobrevivió gracias a la actuación de los vecinos, que llamaron a la policía. Estaba semiinconsciente en la cama - debido a la paliza que sufrió - y se encontraron pelos, semen y muestras de sangre del autor. Curioso es que para el Estado de Florida Ted Bundy les era desconocido.

Una chica de 14 años, hija de James Parmenter, un oficial detective del departamento de policía de Jacksonville, se cruzó en el camino de Bundy. Como su padre ya le había explicado, no debía hablar con extraños y la joven se sintió incómoda con la presencia de éste. Por suerte llegó su hermano mayor, que la llevó a casa no sin antes apuntarse la matrícula de la camioneta que conducía Ted. Entregó el papel a su padre y éste empezó a investigar: la matrícula pertenecía a un tal Randall Ragen, que aseguró que le habían robado días antes la camioneta blanca y que ya había comprado otra nueva. Parmenter enseñó fotos de sospechosos a sus hijos y, para su sorpresa, al hombre que ambos señalaron era Ted Bundy.

Y mientras, Bundy decidió matar de nuevo. Esta vez su víctima fue Kimberly Leach, de 12 años. Era el 9 de febrero de 1978 cuando la secuestró en Lake City. Su amiga Priscila dijo posteriormente a la policía que la había visto subirse a una camioneta desconocida de la que no pudo aportar muchos datos. Ocho semanas después se encontró, en Florida, el cuerpo en descomposición de Kimberly, que debido al estado en el que estaba no se pudo extraer muchas pistas del asesino. Igualmente, gracias a las pesquisas del detective Parmenter, Bundy volvía a tener a alguien pisándole los talones.

[editar] Juicio por los crímenes de la fraternidad

El juicio, esta vez, tuvo lugar el 25 de junio de 1979 en Miami (Florida) y se juzgaron los crímenes de la fraternidad Chi Omega. Los crímenes de la década que hicieron que gran parte de los estadounidenses consideraran a Bundy la encarnación del Mal.

Bundy, con todos en contra, ejerció de su propio abogado, pero daba igual: las evidencias contra él eran tales que no podía hacer nada para salvarse. Primero fue el testimonio de Nita Neary, que señaló a Bundy cómo aquel hombre que vio salir con gorra de la fraternidad. Después subió al estrado el odontólogo Souviron, que determinó que las marcas encontradas en las nalgas de Levy coincidían con la dentadura de Bundy.

El 23 de julio de 1977, tras siete horas de deliberación, el jurado decidió que Ted Bundy era culpable. Cuando escuchó el veredicto no demostró emoción alguna, a diferencia de su madre, que pidió clemencia por él. Ted dijo que había sido víctima de una farsa, de un juicio injusto y abusivo y que no tenía que pedir clemencia por algo que no había cometido. A pesar de ello, el juez Cowart sentenció la pena de muerte en la silla eléctrica por los asesinatos de Lisa Levy y Margaret Bowman.

[editar] Juicio por Kimberly Leach

El 7 de enero de 1980 comenzó el juicio por el asesinato de Kimberly Leach en Orlando (Florida). Bundy, tras el fracaso de ejercer de su propio abogado, decidió contratar a Julius Africano y Lynn Thompson. Con ellos trazó la idea de apelar por incapacidad mental, es decir, locura. Era casi la única opción que tenía de salvarse. Pero no le sirvió de nada y durante el juicio, el jurado le dio la vuelta a esa estrategia. Habiendo perdido el control, y sabiendo su destino de antemano, Bundy volvió a sorprender a todos con una noticia: la petición de mano de Carole Ann Boone, una antigua compañera de trabajo. Gracias a una argucia legal del Estado de Florida era posible llevar a cabo el matrimonio y así fue.

Bundy cambió de plan. Confesó al doctor Bob Keppel, jefe de investigadores del Departamento de Justicia de Washington y con el que colaboró tiempo atrás en la búsqueda de un asesino conocido cómo The Green River Killer, todo lo que necesitaban saber para juzgarle. Así, el mundo entero descubrió que conservaba en su casa, en algunos casos, las cabezas de sus víctimas como trofeo y que practicaba la necrofilia. La conducta de Bundy fue catalogada como de extrema perversión y compulsión necrofílica. Los analistas estiman que el número de víctimas podría fácilmente rondar las 100 mujeres, muy lejos de los números oficiales de alrededor de 36.

[editar] Ejecución

Tuvieron que sacar a Bundy por la fuerza de su celda. No quería morir, pero daba igual: el 24 de enero de 1989 a las 07:04h murió en la silla eléctrica. Tenía 42 años. Fuera, muchísimas personas esperaban la noticia de su muerte y, al enterarse, tuvieron lugar aplausos, vítores e incluso fuegos artificiales. Momentos después salió una carroza funeraria camino del crematorio. Al pasar, la multitud aplaudió.

Pero la cosa no terminó aquí. Aún se le atribuyó otro asesinato: el de Katherine Devine, vista por última vez el 25 de noviembre de 1973 y cuyo cadáver se encontró el 6 de diciembre de ese mismo año en el parque McKenny (Washington). Los forenses dijeron que murió estrangulada, sodomizada y con la garganta rebanada. Muchos señalaron a Bundy como el autor de dicho crímen, pero las autoridades responsabilizaron a Willian E. Consden Jr. del asesinato, que purga condena por violación a 48 años. El caso no se cerró hasta 2001, gracias a exhaustivas pruebas de ADN.

[editar] Cine

La vida y actos de Ted Bundy ha sido llevada varias veces a la gran pantalla:

- Ted Bundy (2002), dirigida por Matthew Bright.

- Un extraño a mi lado (2003), dirigida por Paul Shapiro.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  • Ressler, Robert K. Y Schatman, Tom (1995). El que lucha con monstruos', Editorial Seix Barral S.A, Barcelona, ISBN 84-322-4041-9

[editar] Enlaces externos

 

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