El affaire de la dueña de L'Oreal
Acostumbrada a mantenerse en el anonimato, alejada de los flashes mediáticos y de las páginas de sociales decoradas por las postales felices de los ricos y famosos franceses, la dueña del imperio de la belleza L'Oréal, Liliane Bettencourt, a sus 87 años, está en el centro de un sórdido affaire que ha decantado en un juicio en el que están implicados el dandy que la habría seducido y su indiscreto ex mayordomo, y en el que también ha empezado a emerger un componente político que ha puesto en jaque a un ministro del gobierno de Nicolas Sarkozy.
La historia empezó hace un año y medio, cuando Françoise, la única hija de la mujer más rica de Francia, cuya fortuna está calculada en 23.670 millones de dólares, presentó una querella judicial contra su madre para que se declare su incapacidad mental a fin de gestionar sus bienes.
Françoise acudió a la justicia tras descubrir que su madre había regalado, entre 1990 y el 2000, a quien ella identifica como su "amigo íntimo", el fotógrafo del jet set francés François-Marie Banier, de 63 años, varios seguros de vida, cheques y obras de arte firmadas por Picasso, Matisse, Mondrian, Léger y Man Ray, todo por un valor que supera los 1.000 millones de dólares.
Banier se presentó el jueves ante un tribunal parisino que investiga el caso. Pero no pudo declarar porque el juez de la causa suspendió la sesión de manera indefinida. Al fotógrafo se lo acusa de supuestamente haber presionado a la millonaria para obtener parte de su fortuna y para hacer que esta lo declare heredero universal de sus bienes. Si es hallado culpable, podría ser condenado a tres años de cárcel y al pago de una multa de 375 mil euros, además de la devolución de todos los regalos.
Pero lejos de amilanarse ante el escándalo mediático, hace unos días Bettencourt declaró al diario francés "Le Monde" que está en sus cabales y que piensa administrar su fortuna como más le plazca.
"Soy muy consciente de haber regalado parte de mi fortuna".
Cuando "Le Monde" le preguntó si Banier le había pedido dinero, ella manifestó: "Él es persuasivo… tiene pasión por los objetos. Para rechazar hay que tener fuerza. A menudo la he tenido".
Banier ha sido descrito por el diario "El País" de España como "un tipo conocido en la sociedad mundana de París desde los años 60, es [o ha sido] fotógrafo, escritor, pintor e inventor de nombres de perfumes [Poison, de Dior, se le ocurrió a él]. También es [y ha sido siempre] un inteligentísimo vividor, amigo de arrimarse siempre a los que más tienen, de infancia desgraciada con padre violento y madre desapegada, y juventud gloriosa al lado de Dalí y Horowitz, entre otros. Un tipo bellísimo a los 25 años ["era bello como Rimbaud y ahora soy un viejo molusco", dijo de sí mismo] que utilizó su primera [y exitosa] novela, "Las segundas residencias", para ajustar cuentas con su familia y declarar su condición de homosexual. Algunos lo consideran un ejemplo muy parisiense de artista anticonvenciones; otros, el caradura con más puntería de Saint-Germain-des-Prés".
LA ESPOSA DEL MINISTRO
Pero el juicio por la fortuna de Bettencourt no habría pasado de un lío estrictamente familiar si no se hubieran mezclado en el caso las influencias políticas.
Durante un año, entre mayo del 2009 y mayo del 2010, las conversaciones privadas de la mujer más rica de Francia fueron registradas de manera secreta por su mayordomo, Pascal (que ganaba 7.000 euros al mes), mediante una grabadora que ocultó en una mesa ubicada en el despacho de la millonaria.
De las cintas, presentadas en el juicio por Françoise, se desprende que Florence Woerth, la esposa del actual ministro de Trabajo, Eric Woerth, asesoraba a la empresa que cautela la fortuna de Liliane cuando su marido era el titular de Presupuesto. Ello no sería mayor problema si a continuación no se hubiese revelado que la acaudalada Bettencourt, la primera contribuyente al fisco francés, tenía cuentas secretas en Suiza por hasta 98 millones de dólares, además de ser dueña de una isla en las Seychelles (que tampoco declaró a las autoridades francesas).
En una de las conversaciones más reveladoras, Patrice de Maistre, administrador de la fortuna de Liliane, le explica: "El marido de madame Woerth, a la que usted emplea, una de mis colaboradoras, es el ministro de Presupuesto, es muy simpático y además se ocupa de sus impuestos, lo que encuentro no poca cosa. Es muy simpático, un amigo".
En cuanto a las cuentas en Suiza, le aconseja: "Tenemos que arreglarlo antes de Navidad, señora Bettencourt. A partir de enero [...] Francia puede pedir a los suizos que digan si usted tiene o no una cuenta allí. Me estoy ocupando de trasladarla a Singapur. En Singapur no pueden hacer nada".
Tras el escándalo, la mujer del ministro renunció a su asesoría, este ha declarado que nunca favoreció a Bettencourt y esta ha prometido ordenar que todas las cuentas que tiene en el extranjero vuelvan a Francia. Mientras que el indiscreto mayordomo ha sido denunciado por violación de la intimidad.
Benefactora
La Unión por un Movimiento Popular, partido de Nicolas Sarkozy, recibía de manera regular donaciones monetarias por parte de Liliane Bettencourt.
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