miércoles, 28 de julio de 2010

Secuestradores

Entrevista: Luz García López Psicóloga

“Son sicópatas que no se van a readaptar jamás”

La doctora, quien ha entrevistado a 40 secuestradores en las cárceles del Distrito Federal para elaborar herramientas que ayuden a evaluarlos, dice que los plagiarios necesitan cadena perpetua: si salen, vuelven a secuestrar y a matar.
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  • 2008-11-18•M.P.

Foto: Martin Salas

¿Cómo son los secuestradores? Así:

Para los abogados son sociópatas . Para los psicólogos son sicópatas . Los psicoanalistas simplemente les llaman perversos .

No tienen ética. Carecen de conflictos éticos. No tienen ningún problema con matar a quemarropa y mancharse de sangre; con torturar, con violar, con mutilar. Y con hacerlo frente a sus hijos, a quienes sentarán a comer con un niño mutilado sin inmutarse.

Son seres vacíos. Sin amarres. Viven a la deriva.

Suelen provenir de clases bajas la mayoría , aunque también los hay de clases medias y altas. Su nivel académico promedio es de secundaria.

Crecieron en un entorno familiar muy violento y sin afecto. Rodeados de adicciones.

Al cometer atrocidades no sienten nada. No es una máscara ni una simulación, no experimentan nada: arrepentimiento, piedad, culpabilidad, vergüenza, lástima. Esas emociones no les son conocidas. Pueden, ya atrapados, simular la culpa, pero nada más.

Para ellos sus víctimas no son pares, son cosas. Un mueble para negociar. No tienen la menor empatía por sus cautivos y los familiares de éstos. No tienen sensaciones de identidad con el otro. Negocian la libertad de un ser como negociarían una caja de cebollas.

Los secuestradores gozan con lo que hacen: unos con el maltrato infligido a sus cautivos (no darles de comer, golpearlos, insultarlos, violarlos); otros con las negociaciones (martirizar, extorsionar y aterrorizar a los familiares); unos más con la caza de sus víctimas, y algunos con la selección meticulosa de sus plagiados.

Su mayor placer es la transgresión de las leyes. Esos los hace alegres, felices. Y la impunidad: el gozo de que no los capturen. El dinero es un estímulo, les encanta, pero es una motivación secundaria. Nadie se estaba muriendo de hambre antes de empezar a secuestrar. En cambio, la impunidad los excita.

Las leyes son para los pendejos , no para ellos. Ellos usurpan la ley. Por encima de ellos no hay nadie.

Si no secuestran, no se sienten vivos. La tensión que les provoca realizar sus crímenes los vuelve adictos a delinquir.

Les fascina la coprolalia o cacolalia (hablar soezmente).

Son desleales: en un arrebato lo mismo rompen un acuerdo con los familiares del secuestrado que ejecutan a un cómplice torpe.

Matan después de cobrar un rescate por el placer de la transgresión y como muestra de su poder.

Algunos son seductores. La mayoría son cobardes: no les interesa ni aspiran a ser valientes. Lo suyo es mantenerse impunes.

Tienen terror a la prisión y al aburrimiento de ésta. Encerrados y sin poder violar las normas se sienten perdidos.

Tienen que estar en prisión de por vida porque son incapaces de convivir en sociedad: sólo pueden dañar y maltratar (incluso a los suyos). Nunca se van a readaptar: si salen, vuelven a secuestrar y a matar.

No se arrepienten de sus maldades ni tienen propósitos de enmienda. En todo caso, actúan para salir libres: como carecen de emociones, pasan los polígrafos sin
problemas.

Son monstruos de nuestra
sociedad.

Así son los secuestradores, dice en entrevista la doctora Luz García López, quien tiene una licenciatura en psicología (UAM), una maestría en psicología clínica (UNAM), un doctorado en Psicoanálisis (Centro ELEIA), y lleva años elaborando herramientas psicológicas (que no había en el país) para que el sistema judicial mexicano pueda evaluar la peligrosidad de los delincuentes a fin de castigar debidamente a psicópatas como pedófilos, violadores, asesinos, y secuestradores.

Para conseguir ese objetivo, la doctora García, mujer de izquierda desde los 70 , esposa del ex embajador mexicano en Cuba, Ricardo Pascoe, lleva cinco años visitando perversos en las todas las cárceles del Distrito Federal. En el caso de los plagiarios, se ha entrevistado con más de cuarenta de ellos al menos una vez por semana.

Suficiente tiempo para realizar un perfil preciso de los secuestradores que tomen en cuenta agentes del ministerio público y jueces

***

En su casa de Coyoacán, la doctora Luz García explica:

La cárcel es la prótesis de los secuestradores: el ciego necesita un bastón, el cojo necesita unas muletas, el psicópata necesita una cárcel con custodios, con armas de donde no debe salir porque no tiene ética. Es amoral

¿Cómo se hacen psicópatas estas personas?

Lo que hace a un sicópata no es la pobreza, porque hay sicópatas que gobiernan o son empresarios. Lo que hace a un sicópata, en el caso de los secuestradores, es la poca madre. Se dice que el sicópata no tiene madre, y esa frase sabia es real: nos está revelando que lo esencial que organiza a un psicópata es la ausencia de una figura maternal. La falta de una figura que le diera contención y abrigo, y sobre todo, el deseo de que existiera ese sujeto. Son seres no deseados de nacimiento. Y si no hay madre no hay madre. Los secuestradores no tienen madre. El sicópata tiene una personalidad que vive a la persona, a la víctima, como usted vive al sillón donde está sentado: ¿usted siente culpa de que el sillón lo éste cargando? No. Bueno, pues así vive el sicópata a las personas: les corta las orejas y no siente nada

¿No es una máscara, una simulación?

No, no sienten porque no tiene ningún conflicto ético. El conflicto ético es una construcción educativa, formativa, que suele darnos nuestra mamá. Cuando les preguntas, con toda frialdad te dicen: No, no siento nada . Lo dicen con mucho orgullo: No, no siento nada .

¿No será un caparazón?

No, el sicópata no tiene ese conflicto. El neurótico, nosotros como sociedad, vivimos en el conflicto ético todos los días. Ellos no, porque carecieron de madre que les transmitiera códigos de leyes, de civilización, valores fundamentales. Si no hay transmisión de la ética, no hay madre. Es algo que de verdad no existe en ellos. Son seres vacíos de ética. Son ciegos éticamente. No tienen zonas de prohibición ante cosas que usted y yo no podríamos hacer, o donde nos detendríamos. Son monstruos de nuestra sociedad descompuesta que les falló y que ahora debe mantenerlos recluidos para siempre.

La doctora advierte: Deben estar encerrados de por vida, es su prótesis. No se pueden readaptar jamás. Si salen, vuelven a secuestrar y a matar. No pueden ser de otro modo .

Los secuestradores

Juan Pablo Becerra-Acosta M,


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